Escrito por: Diego Aguilar y Maya Reyes 

Hace solo unos meses, el mundo del entretenimiento se vio sacudido por la noticia de que Bob Dylan, uno de los más grandes cantautores de la historia, había vendido su catálogo musical completo  a Universal Music, por una jugosa suma que supera los 300 millones de dólares. Pues siguiendo la nueva tendencia entre los titanes de la música, es ahora Paul Simon quien ha concretado la venta de su catálogo, pero en esta ocasión a Sony Music.

Si bien es claro que el modelo de las disqueras es uno que se beneficia del long tail, o en otras palabras, las múltiples entradas obtenidas de las constantes ventas y reproducciones de canciones escritas desde hace ya varios años, esto pareciera anunciar la llegada de una nueva apuesta tanto por los artistas como las disqueras por generar ingresos tanto a corto como a largo plazo respectivamente, esto con base a  los derechos patrimoniales del autor de las canciones.

Es comprensible que varios artistas de una carrera larga y establecida consideren que valga más la pena desprenderse ya de sus derechos patrimoniales, optando por una muy tentativa  paga rápida en lugar de estar recibiendo a largo plazo los ingresos correspondientes.

No nos sorprendería ver que varios artistas similares en cuanto a trayectoria, opten por sumarse a este movimiento, sin embargo, habrá que ver como evoluciona esta nueva tendencia y qué cambios podría llegar a representar para el consumidor, dejando claro que de partida no es algo que repercute sobre los aficionados, solo el tiempo nos dirá.

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